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sábado, 6 de abril de 2013

El Futuro del trabajo

Parece claro que la actual crisis económica junto a la revolución que estamos viviendo en el ámbito de las comunicaciones y de cómo nos relacionamos a través de las redes sociales, han cambiado nuestro entorno de trabajo para siempre. Desde hace unos pocos años no dejamos de escuchar que el trabajo ya no lo debemos buscar sino que nosotros mismos lo debemos crear. Las circunstancias han empujado a muchísimos profesionales jóvenes y bien preparados a buscar alternativas profesionales innovadoras para poder encajar en un mercado laboral que ha ido encogiéndose sin remedio y a todos los niveles. La necesidad de continuar en la punta de lanza de este mercado laboral los ha ido convirtiendo en personal "hiperconectado" que ha sentido imperiosamente la necesidad de generar movimiento en su comunidad virtual para crear una imagen de marca personal en las redes que todos los expertos consideran ya como imprescindible. 


Parece que las empresas han ido percibiendo cada vez más la necesidad de contar con personal que aporte, además de una serie de cualificaciones a nivel de conocimientos y experiencia, un "networking" considerable. Esa red de contactos y esa presencia consolidada en el entorno virtual es ya a día de hoy un activo importante en la evaluación de un candidato, un colaborador o incluso un proveedor. Parece que entre este grupo de profesionales, los que destaquen por su facilidad para conectar con su comunidad, por su claridad en la comunicación y por su capacidad para seleccionar los temas y contenidos que mejor definan su perfil y su personalidad, van a liderar la fuerza de trabajo de la próxima década. Pero no todo va a girar alrededor de esta nueva forma de valorización profesional, toda una serie de factores adicionales van a conformar una posición determinante en el entorno laboral que se está ya configurando a día de hoy. Veamos cuáles son:

- La Generación X pasa a dominar el "juego": 
Esa generación de nacidos entre 1965 y 1978 pasará a dominar la jerarquía laboral en los próximos años y aportará un cambio definitivo. ¿Cuál es la filosofía detrás de ese cambio que aportarán los directivos de la Generación X? Es bastante simple: el éxito profesional no se va medir por un cuestión de rango, de estatus o de experiencia, se va a medir por el grado en que el individuo consiga alcanzar sus metas personales. Ya sea por conseguir el lanzamiento de un producto/servicio determinado o por ser capaz de tomarse el invierno libre para dedicarse al snowboard...



Ese cambio de expectativas del individuo sobre sus metas laborales ha afectado a las empresas de manera que se está dando prioridad a la contratación de proveedores y consultores independientes en lugar de mantener una política de empleo más tradicional. La principal razón es la económica ya que esa ayuda externa será siempre más barata y el mantenimiento de ciertos puestos fijos es un factor que cada vez pierde más fuerza si atendemos a la evolución rapidísima del entorno de trabajo y de las "herramientas" que vamos a utilizar.
Otro factor muy interesante que va a aportar el liderazgo de la Generación X es la multiculturalidad. Al contrario que sus predecesores, nos encontramos ante un grupo de profesionales con experiencia multinacional, que domina varios idiomas, con capacidad para entender diferentes culturas y gestionar personal muy diferente en su forma de ver el trabajo o las relaciones laborales. Y esa es una habilidad que no se enseña en las escuelas de negocios sino que viene impresa en el ADN de esa generación.

- Las mujeres van a liderar el mundo de los negocios
El liderazgo femenino se está convirtiendo en un factor de éxito imprescindible. No sólo no es "blando" sino que es mucho más lucrativo. Un reciente estudio sobre las primeras 500 empresas de la revista Fortune demostró que aquellas que tienen mayor presencia femenina en su cuadro directivo son las que que están obteniendo mayores beneficios. Lo más esencial en el estilo directivo de las mujeres es que enfocan sus objetivos en el largo plazo. El hombre tiende mucho más a asumir mayores riesgos, sobre todo si está rodeado de otros hombres.




Las mujeres son también menos competitivas, en el buen sentido. Son conciliadoras,  colaboradoras y contribuyen a crear un mayor consenso mediante un mayor compromiso y una menor jerarquización del entorno de trabajo. Pero ese cambio en el liderazgo no va venir sólo por su mejor capacidad de gestión o por su mayor nivel de inteligencia emocional. Las mujeres representan ya a día de hoy la mayoría de licenciaturas universitarias y postgrados por lo que está claro de dónde va a tener que nutrirse el mercado laboral a la hora de cubrir puestos directivos de responsabilidad. Y no solo eso, el 83% de las decisiones de consumo las toman a día de hoy las mujeres. ¿A quién van a consultar las empresas a la hora de mejorar su manera de vender a las propias mujeres?

- Vamos a necesitar "senioridad":
La flexibilización del mercado laboral que mencionaba anteriormente va a promover que las empresas puedan mantener en posiciones de consultoría estratégica a personas que pasen de los 60 o los 70 años de edad. Es una circunstancia que se está ya produciendo. Esos "seniors" van a necesitar de ingresos adicionales y las empresas van a necesitar su experiencia y su consejo. 



Los efectos en la economía de ese mantenimiento en nómina de una fuerza laboral mucho más longeva son también altamente positivos a pesar de que en las actuales circunstancias el ciclo normal de jubilaciones está siendo interrumpido. Por un lado el mantenimiento de esa fuerza laboral más veterana es un muy buen antídoto contra la inflación ya que ayuda a mantener el nivel salarial a raya y por tanto a mejorar la competitividad empresarial. Por otro lado, se está forzando a los sectores más jóvenes de la fuerza laboral a innovar, a buscar nuevas salidas a través de la utilización de las nuevas tecnologías y a desarrollar nuevas industrias a un menor coste. Los efectos a medio y largo plazo pueden ser muy positivos.

A pesar de que el desempleo se encuentran en los niveles más altos de los últimos 25 años, sabemos que el empleo se irá recuperando paulatinamente, aunque el panorama resultante de este ciclo económico no volverá a ser jamás el mismo de antes de la crisis. El empresario ya no está dispuesto a seguir pagando tan solo por acudir al puesto de trabajo y se está exigiendo un nuevo perfil al profesional que debe formar el tejido ejecutivo que sacará a las empresas definitivamente del bache actual. Vamos a encontrarnos a partir de ahora un entorno laboral mucho más flexible, concienciado socialmente, más "freelance", más colaborativo y mucho menos seguro. Va ser liderado por una generación con nuevos valores y donde las mujeres van a ir tomando progresivamente los mandos. En definitiva, es un panorama esperanzador con el que ilusionarse y con el que comprometerse en los próximos años.


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