Pages

lunes, 15 de junio de 2015

Ya estamos en pleno lío

Ya estamos metidos de lleno en esa época del año en Ibiza que todos tememos y a la vez esperamos con ansia.  Es esa época del año en que nuestras carreteras se saturan, donde salir de un cruce puede significar minutos de ver pasar coches y más coches, exigiendo de nosotros una paciencia infinita para no cometer ninguna imprudencia. Donde nuestro temple se pone a prueba para soportar conductores que no saben donde van, o a los de siempre que no respetan líneas continuas ni límites de velocidad


Es aquella época del año donde los puntos negros de nuestras principales vías se perciben más negros que nunca, recordándonos que la isla crece a pasos agigantados y sus infraestructuras no le pueden seguir el ritmo. Las desaladoras paradas y las depuradoras saturadas son otro buen ejemplo de ello. La sequía que se anticipa, con los niveles del agua subterránea que da vida a Ibiza en los registros más bajos de las últimas décadas, se unen al previsible drama que vamos seguramente a vivir en tan sólo unas pocas semanas. 
Sabemos que vamos a ver cómo maltratan a nuestra isla, cómo la exprimen y la hacen sufrir, y no podemos dejar de sufrir por ella.


Y la isla en cambio, se defiende mostrándonos su cara más divertida, más amable. Sus noches magnéticas, su mar y sus cielos deslumbrantes, sus colores preciosos mezclados con un paisaje humano que llega a Ibiza ansioso de disfrutar y dejar atrás la monotonía y el agobio del resto del año. 


La isla se renueva cada verano, se reinventa, evoluciona y se revoluciona hasta desbocarse durante unas pocas semanas de temporada alta altísima. Y nosotros nos dejamos llevar por esa locura, casi sin poder respirar, deseando que todo acabe pronto y que no acabe nunca. Deseando volver a vivir, año tras año, esa experiencia mágica que nos dejó pegados un día a esta tierra hasta desear hacerla nuestra. Es una pena que no podamos librarnos de esa angustia que nos causa el saber que, por un lado o por otro, Ibiza se romperá, aunque sea tan solo un poquito, para no volver a ser nunca más la que fue ayer.