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jueves, 21 de noviembre de 2013

El "Human Workplace"

En los últimos meses han llamado mi curiosidad una serie de artículos en publicaciones especializadas de Estados Unidos sobre un nuevo enfoque de los recursos humanos en la empresa que está tomando mucha fuerza. Parece que la próxima revolución está ya en marcha. Estamos hablando de lo que ellos denominan el "Human Workplace". Lo que traducido a nuestra lengua sería algo así como el "puesto de trabajo humanizado"Pero ¿qué sentido tiene eso? ¿No están humanizados todos nuestros puestos de trabajo a causa, precisamente, de nuestra presencia en ellos? Lamentablemente no. En términos generales estamos a día de hoy muy lejos de esa "humanización".


En algún momento entre el comienzo de la Revolución Industrial y mediados del siglo XX, se impuso la idea de que la eficiencia, el orden y la uniformidad deben ser las virtudes cardinales de la empresa. Cuando todo está organizado, cuando los engranajes giran sin problemas y los números en la hoja de cálculo se suman correctamente en la parte inferior de la página, entonces las cosas van viento en popa según el punto de vista de la mayoría de líderes empresariales actuales. Y eso los hace felices.

Parece que el día en que nos enamoramos de la eficiencia, el orden y la uniformidad, dejamos totalmente de lado la parte humana de los negocios. Olvidamos que el poder humano, nuestra chispa, brillo, implicación y sentimientos siempre han impulsado un negocio o un proyecto de cualquier tipo (incluidos aquellos sin ánimo de lucro, por supuesto). Sólo la voluntad y la energía de las personas fueron capaces de cambiar antiguas formas de gobierno arbitrarias y cerradas para llegar al modelo de estado del bienestar actual. Sólo la perseverancia y la pasión fueron siempre capaces de inventar y lanzar un producto, de cambiar la forma en que creamos y mejoramos las cosas. Pero aún sabiendo eso, hemos dejado de lado el factor humano de la ecuación.


Empezamos a creer que las políticas, las normas y los controles son las cosas que dan energía a las empresas, incluso cuando la experiencia nos ha demostrado que solamente las personas inspiradas han sido capaces de hacer algo digo de ser realmente reconocido. No importa que estemos hablando de un muelle de carga o del Tribunal Supremo, sólo las personas que realmente se preocupan por su trabajo consiguen alguna vez algo que realmente destaque. Lo sabemos, pero seguimos olvidándonos de ello. Continuamos creyendo que la estructura organizativa y el plan trimestral tienen un poder mágico que la gente no tiene. Eso desafía lo que todos nosotros intuimos desde el primer segundo que llegamos a este Mundo, pero la devoción por los procesos abotonados que rige el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro (sistemas lineales, analíticos y cuantitativos) continúa teniendo millones de seguidores. El dogma de "el trabajo-es-simple-mecánica" está tan arraigado en ciertos lugares que sugerir que las cosas pueden mejorarse puede llevarte al ostracismo. ¡Por hereje!

El "Human Workplace" es lo contrario del lugar de trabajo mecánico, donde las reglas y las estructuras son los caballos y alfiles mientras la gente son los peones. Un "lugar de trabajo humanizado" es aquel en el que las personas creen firmemente en el hecho incuestionable de que sólo los miembros de un equipo "en sintonía" son capaces de hacer que sus productos salgan por la puerta, dejar a los clientes encantados o ahorrar consistentemente en costes de oficina, por ejemplo. Sólo las personas con un interés en la acción y una voz en las operaciones se preocupa lo suficiente como para dar ese paso adicional que las grandes empresas necesitan desesperadamente para mantenerse en la punta de lanza de su sector.



Si el tema ha conseguido llamar vuestra atención, seguid leyendo. Vamos a ver los 10 rasgos principales que convierten nuestra organización en un verdadero "Human Workplace":

1.- Confiamos en la gente que contratamos. Nuestro enfoque debe ser: "Si yo no confiara en ti, ¿por qué te invitaría a unirte a nuestro equipo?" Las políticas, prácticas y sistemas en toda nuestra organización reflejan la opinión de que cualquier persona que trabaja con nosotros es parte del equipo hasta el final. No perdemos la energía o el dinero dándole vueltas y redoblando el control sobre las cosas que nuestros empleados hacen. Eso es temerario y una pérdida de tiempo porque si no hay confianza en nuestra organización, nada bueno puede suceder aquí de todos modos. Nuestro sistema de contratación destaca el individuo y sus metas, no las exigencias mecánicas de nuestro sistema de seguimiento de candidatos o el aspecto normativo a seguir al hacer una nueva contratación.

2.- Existe una jerarquía lógica para fines operativos. Es necesaria, de modo que, por ejemplo, si "alguna tubería se rompe", las personas adecuadas se enterarán a tiempo para solucionar el problema. Las jerarquías son importantes a la hora de tomar decisiones, no para acaparar poder "político". Cualquier persona en nuestra organización está facultada para tomar decisiones de una forma u otra. Si no creemos que la gente de nuestro equipo sabe reconocer el mayor interés de la organización o si no creemos que los miembros de nuestro equipo harían lo correcto si son llamados a hacerlo, volvamos al punto número uno, arriba.






3.- Las transacciones son parte de nuestras operaciones, y son necesarias para hacer nuestro trabajo. Incluyen cosas como la entrada de pedidos , el procesamiento de pagos de los clientes, y aprobar las solicitudes de vacaciones de los empleados. Las transacciones son importantes en nuestro negocio, pero no son el negocio. Son un medio para un fin.

La razón para que el negocio exista (la "misión") es un millón de veces más importante que las transacciones. Las personas que trabajan en nuestra empresa y que trabajan con nosotros fuera de la empresa (clientes y proveedores, por ejemplo) son un millón de veces más importante que las transacciones que procesamos. El aspecto humano de cualquier situación de negocio es más importante que la parte transaccional.

4.- La organización cuenta con herramientas para medir el rendimiento (objetivos y métricas) pero presta más atención a la energía que utilizamos que a los resultados de las mediciones. Alcanzaremos metas mucho más duras cuando la energía es buena que cuando esa energía está doblada o estancada. Nunca hablamos de "varas de medir" sin hablar de la energía. ¿Nos molestaríamos en hablar del mantenimiento de nuestras ruedas de molino si no hubiera agua bajando por el río para moverlas? ¡No! Pues entonces, en primer lugar, debemos centrarnos en la fuente de alimentación.



5.- Respetamos cosas como las ideas y la colaboración más que los procesos y los protocolos. Un proceso que hace caso omiso de las prioridades humanas es un proceso malo. Valoramos a nuestros operarios más que las máquinas que manejan. Hablamos y nos preocupamos por su tiempo libre y su "salud mental", sobre el estrés y la carga de trabajo, tanto como hablamos y nos preocupamos de tiempo de inactividad, mantenimiento y mejoras de la máquina.

6.- Hacemos un esfuerzo continuo y de toda la organización para domar a "Godzilla" (el edificio de las normas, las políticas y las jerarquías que perjudica la energía y se come el "buen rollo" de las organizaciones) todo el tiempo. Deliberamos antes de diseñar una nueva política que reduzca la capacidad de nuestros miembros del equipo para conectarse a su fuente de alimentación, la fuente de las ideas y la colaboración. Hacemos un esfuerzo continuo para sustituir el miedo por la confianza, para decir la verdad sobre lo que está sucediendo a nuestro alrededor y fomentar y recompensar a nuestros colegas por hacer lo mismo.

7.- Entendemos y celebramos el hecho de que el poder de nuestra organización reside en el equipo y las historias de las personas que trabajan aquí. No valoramos a las personas por sus títulos, certificaciones, logros académicos, salario, o cargo. Nuestro poder individual está en nuestras historias y nuestros valores, y lo mismo vale para nuestra organización en general. Nos comunicamos con una voz humana en todo momento.


8.- Hablamos de la energía , el miedo y la confianza en todas las reuniones y al tratar el liderazgo. Decimos la verdad y hablamos de momentos en los que es difícil hacer eso. Ponemos los conflictos sobre la mesa y resolvemos las perturbaciones en "la Fuerza" como trataríamos cualquier otro asunto de negocios. Consideramos la salud del equipo como una prioridad crítica para el negocio. Lideramos a través de la confianza en lugar del miedo. Creemos que tanto nuestro desarrollo individual como el de la comunidad es una prioridad tan alta como la de dar beneficios. No usamos la "zanahoria y el palo", y no "golpeamos con el martillo" a menos que sea una emergencia real (un asunto de "vida-o-muerte" para el negocio).

9.- Creemos que el trabajo de un líder es hacer más fácil para el equipo conectarse a la misión de la organización y a su propia fuente de alimentación. Cuando damos tareas, dejamos que la gente sepa cómo esa asignación se conecta a la misión.


10.- Valoramos nuestras vidas fuera del trabajo y los compromisos y las prioridades personales de nuestros empleados. Creemos que el trabajo debe ser divertido, y que cuando no es divertido, deberíamos dar prioridad a resolver esa situación. Buscamos el aprendizaje en todas las situaciones. Buscamos puntos de vista alternativos, y suponemos que las personas más cercanas a cada tarea tienen la perspectiva más pertinente sobre cualquier situación o problema.

Finalmente, no despreciamos a las personas por estar en desacuerdo con el "status quo". Nuestros líderes son como "entrenadores", ellos también se pueden mirar en el espejo y no tienen más razón que otros por ser administradores o estar más arriba en la jerarquía.

¿Qué os parece? ¿No nos gustaría a todos trabajar en un lugar donde la motivación principal de toda la organización es el desarrollo y el crecimiento personal de toda su gente? Este enfoque puede parecer demasiado idílico, incluso en algunos puntos puede generarnos cierto escepticismo. Pero lo que es del todo incuestionable es que las empresas que cuentan con equipos comprometidos personalmente con su proyecto son las que lideran sus sectores y marcan el camino a los demás. Adoptar la filosofía del "Human Workplace" es una muy buen forma de conseguir que la gente venga entusiasmada todos los días a trabajar y con un equipo tan motivado es difícil que nuestra empresa y nuestros proyectos fracasen. 

Las últimas cifras dadas a conocer sobre la composición actual de las empresas en España indican que la media de empleados por sociedad es de 4,9. Esa cifra supone menos de la mitad de la cifra alemana (11,8) o británica (10,8) mientras que la media para la Unión Europea es de 8,1. En nuestro país, el total de empresas grandes (más de 250 empleados) y medianas (de 50 a 249) no llega al 1% del total de empresas en activo en 2013. 

Estoy seguro de que con estas cifras en la mano, sería muy fácil encontrar empresas en nuestro territorio que funcionan de una forma muy similar a este modelo humanizado que supone un fenómeno a estudiar seriamente en Estados Unidos. Puede que sea por carácter y por la forma que tenemos de encajar el trabajo en nuestras vidas, pero a mi me parece que aquí no nos costaría mucho implantar modelos similares. Menos aún, en el momento actual que vivimos. 

¿Cuál es vuestra experiencia? ¿Tenéis alguno la suerte de trabajar en un entorno como el del "Human Workplace"?



lunes, 18 de noviembre de 2013

Ibiza fuera de temporada

Si quieres sentir la Ibiza auténtica, la que también atrae a miles y miles de personas de todo el Mundo cada año, no dejes de visitar la isla fuera de temporada. La oferta de ocio y actividades, especialmente los finales de semana, es espectacular. Se celebran festivales de todo tipo, reuniones gastronómicas, ferias medievales, exhibiciones, jornadas de puertas abiertas en museos y casas rurales, mercadillos de producto local y ecológico,... La isla no para en invierno. La lucha contra la "desestacionalización" de la oferta cada vez se hace notar más y varios establecimientos emblemáticos ya han anunciado que este es el último año que cierran durante la temporada baja.


Pero, aparte de la oferta comercial y cultural específica orientada al residente y al visitante invernal, Ibiza ofrece una serie de encantos únicos que a continuación os voy a detallar.

Vida Rural: el invierno es probablemente la mejor época del año para descubrir la extensa red de fincas y granjas diseminadas por el interior. Muchas de ellas desarrollan cultivos y cría de ganado ecológicos, promoviendo el consumo de producto local y de temporada. Especialmente interesantes son los centros artesanales ubicados en los pequeños pueblos del norte, localizados entre extensos bosques de pinos que ejemplifican la exuberancia natural de la isla. 


La Ibiza Fenicia: ¿sabíais que los antiguos fenicios fueron los que dieron el nombre actual a la isla? "Ibossim" ya era un enclave estratégico para su civilización hace 3.000 años. Un buen ejemplo de esta importancia es el poblado de Sa Caleta, en Sant Josep, lugar de su primer asentamiento donde admirar restos arqueológicos fechados en los siglos VII y VIII antes de nuestra era. Todavía más importante es la necrópolis de Puig des Molins, la mayor y mejor conservada de la civilización fenicia en todo el Mundo y de un incalculable valor histórico. Es un placer pasear por la calma y la belleza de este enorme lugar también declarado Patrimonio de la Humanidad. Rodeado de olivos centenarios, alberga unos 3.500 "hipogeos" (tumbas subterráneas) por donde penetrar en la historia antigua de los primeros habitantes de Ibiza.


Almendros en Flor: sí, ya sé que es un clásico, pero esa época no deja de ser para muchos la más mágica e interesante para perderse por Ibiza. Esos días de mediados de enero a mediados de febrero también atraen la sensación especial de la llegada próxima de la primavera. Se pueden encontrar almendros por toda la isla, pero sin lugar a dudas el mayor espectáculo para admirarlos es el valle de Santa Agnés de Corona, literalmente alfombrado de pétalos blancos. Si eres lo suficientemente afortunado como para visitarlo durante la luna llena de febrero, la experiencia puede ser inolvidable. 


Gastronomía Invernal: desde un punto de vista gastronómico, el invierno invita a probar los platos más "contundentes" de la cocina ibicenca. Hay muchos restaurantes funcionando en esta época ofreciendo una oferta extensa que aprovecha la tradicional riqueza de materias primas autóctonas. Tal y como puntualiza el amigo Xescu Prats en su guía "Ibiza 5 Sentidos" (http://www.ibiza5sentidos.es/), estos establecimientos se merecen nuestro reconocimiento y nuestro homenaje ya que, lejos de lanzar la toalla durante la temporada baja, hacen el esfuerzo de mantenerse abiertos todo el año, dándonos la oportunidad de continuar disfrutando de la soberbia gastronomía de nuestra querida isla sin interrupciones. 

Atardeceres: si te gusta coleccionar puestas de sol, alrededor de la costa de Ibiza encontrarás postales coloridas que guardar en la memoria. Algunas de las más impresionantes se pueden vivir en invierno, cuando los cielos plateados juegan con reflejos, luces y sombras, haciendo que algunas de ellas sean todavía más gloriosas. Si tuviéramos que elegir un par nos quedaríamos con la que se admira sobre los estanques de Ses Salines, o desde la torre d'Es Savinar en Cala d´Hort frente al islote de Es Vedrá. Clásicos veraniegos como Cala Conte o la bahía de Sant Antoni son también mágicos ya que seguramente observaremos la caída del sol en la total soledad que otorgan los crepúsculos invernales. 


No lo dudéis, una visita a Ibiza en invierno os transmitirá las mismas sensaciones especiales de paz y de desconexión que ofrece el verano, sin agobios ni aglomeraciones. Compartir con amigos un suculento arroz de matanzas, junto a un buen fuego, en cualquiera de los restaurantes de cocina tradicional que permanecen abiertos es la mejor manera de recuperar fuerzas y templarse tras un inolvidable paseo por el campo ibicenco. Por supuesto, los precios en esta época son muy distintos a la hora de plantearse el viaje. La oferta es más limitada pero no por ello menos variada. ¡Os esperamos!


viernes, 15 de noviembre de 2013

Un tesoro en grave peligro

Desde hace años he sido un divulgador incansable en mi entorno de la enorme importancia de la conservación de la "posidonia oceánica" y de las graves consecuencias que su perjuicio supone para la salud del medio marino mediterráneo. La presencia de extensísimas praderas de esta planta en las aguas de Ibiza y Formentera explica la calidad y la transparencia de sus aguas y son el factor principal por el que mantienen ese grado de limpieza y pureza únicos en nuestro mar. Pero vayamos por partes. Antes de seguir avanzando veamos cómo define la Wikipedia a esta maravilla que alfombra nuestras costas.

"Posidonia oceanica es una planta acuática, endémica del Mediterráneo, perteneciente a la familia Posidoniaceae (la planta de Poseidón, dios del Mar en la mitología griega). Tiene características similares a las plantas terrestres, como raíces  tallo rizomatoso y hojas cintiformes de hasta un metro de largo dispuestas en matas de 6 a 7. Florece en otoño y produce en primavera frutos flotantes conocidos vulgarmente como olivas de mar.


Forma praderas submarinas que tienen una notable importancia ecológica. Constituye la comunidad clímax del Mar Mediterráneo y ejerce una considerable labor en la protección de la línea de costa de la erosión. Dentro de ellas viven muchos organismos animales y vegetales que encuentran en las praderas alimento y protección. Se la considera un buen bioindicador de la calidad de las aguas marinas costeras..."

Los "porqués" principales de su importancia para el ecosistema marino los define también claramente la Wikipedia en los siguientes puntos:

"En el ecosistema costero, la posidonia desempeña un papel fundamental por varias razones:

  • gracias a su desarrollo foliar libera al ambiente hasta 20 litros de oxígeno por día y por m2 de pradera;
  • produce y exporta biomasa tanto en los ecosistemas vecinos como en profundidad;
  • proporciona refugio y es zona de reproducción para muchos peces, cefalópodos, bivalvos, gasterópodos, equinodermos y tunicados;
  • consolida los fondos de las costas y ayuda a contrarrestar un excesivo transporte de sedimentos debido a las corrientes costeras;
  • actúa como barrera, atenuando la fuerza de las corrientes y las olas y previniendo por tanto la erosión costera;
  • la amortiguación del oleaje llevada a cabo por el estrato de hojas muertas en las playas las protege de la erosión, especialmente durante el período de tormentas invernales.
En todo el Mediterráneo las praderas de posidonia están en regresión, un fenómeno que ha ido aumentando en los últimos años con el incremento de la presión antrópica sobre el litoral.

La desaparición de las praderas tiene efectos negativos no sólo en el ecosistema de la posidonia sino también en otros ecosistemas, basta pensar que la pérdida de un sólo metro lineal de pradera puede conducir a la desaparición de varios metros de playa, debido a los fenómenos erosivos. Además, la regresión de las praderas comporta una pérdida de biodiversidad y un deterioro de la calidad del agua."


Queda claro el papel vital que esta planta juega en nuestro entorno natural más próximo. Pero por si eso fuera poco, veamos lo que la misma Wikipedia nos explica sobre las praderas de posidonia de Ibiza y Formentera.

"Patrimonio de la humanidad
En 1999 las praderas de posidonia existentes entre las islas de Ibiza y Formentera , en la zona llamada Parque Natural de ses Salines fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco dentro de la denominación «Ibiza, Biodiversidad y Cultura».

¿El organismo más grande del mundo?
En 2006 se descubrió en las Baleares una planta de posidonia de cerca de 8 km de largo, a la que se le atribuyó una edad de 100.000 años. La planta se sitúa en el interior de una pradera que se extiende unos 700 km² desde la zona de Es Freus (Formentera) hasta la playa de Ses Salines (Ibiza). La identificación de la planta fue posible gracias al uso de marcadores genéticos. El descubrimiento fue fortuito, ya que se estima que dentro de esta pradera viven cien millones de ejemplares de la misma especie. Se cree que esta planta es uno de los organismos vivos más grandes y longevos del mundo..."

A pesar de que las guías y folletos turísticos destacan la importancia y la peculiaridad de la posidonia para las aguas y los fondos de las Pitiusas, una inmensa mayoría de visitantes no tiene ni idea de que están nadando y navegando cada verano sobre un tesoro ecológico único en el Planeta. 


Parece increíble que desde las instituciones no se haya insistido mucho más en los últimos años en la divulgación de esta importancia vital de la posidonia para el estado de conservación de nuestro mar. Aún es mucho más increíble que no se hayan destinado medios para su protección más o menos eficaz ante las agresiones continuas sufridas verano tras verano. Es una vergüenza que no se hayan destinado recursos en serio (aunque limitados) hasta que las denuncias de algunos biólogos y expertos han mostrado caso sangrantes y del todo intolerables acontecidos recientemente. En verano de 2012, el ancla de un yate de grandes dimensiones provocó uno de los mayores destrozos conocidos hasta la fecha en la Reserva Natural de ses Salines


En menos de 12 horas arrasó una superficie equivalente a 3 campos de fútbol. Si tenemos en cuenta que las praderas de posidonia crecen en extensión a un ritmo de pocos centímetros por año, comprenderemos la magnitud de la tragedia. 

Ante las denuncias por estos hechos la sociedad civil de las islas se ha movilizado. Se han recogido miles de firmas para la creación de zonas aún más protegidas y se ha creado un estado de alerta gracias al que se han multiplicado los avisos de particulares siempre que se observan conductas inadecuadas. Da mucha pena observar cómo todavía durante los meses de verano se encuentran grandes barcos anclados sobre alguna pradera de posidonia.


Las lanchas de vigilancia destinadas este último verano a alertar y avisar a los propietarios de estas embarcaciones han conseguido al menos evitar agresiones tan salvajes como las ocurridas el año anterior. Se han dedicado a mover los barcos hacia bancos de arena donde poder depositar las anclas sin perjuicios para las plantas y se han levantado actas para establecer posibles sanciones a infracciones graves. Aún así el esfuerzo ha sido insuficiente. La cantidad inmensa de embarcaciones que agreden los fondos de las Pitiusas cada verano hace imposible la misión. Yo mismo conté en 2 minutos alrededor de 150 embarcaciones de todo tipo ancladas en la franja costera entre el puerto de la Savina y la mitad de la playa de Ses Illetes en Formentera a mediados de agosto. 


Se calcula que en la última década se ha perdido alrededor de un 15% de la superficie de las praderas de la reserva de ses Salines. A este ritmo está claro que nos cargamos uno de los tesoros más preciados del Mediterráneo en cuestión de 30 ó 40 años. Vamos tarde, y si no se toman desde ya medidas eficaces y contundentes para parar el machaque al que estamos sometiendo a la posidonia en Ibiza y Formentera vamos a cometer un error que no nos perdonaremos nunca. No puedo entender como no se multiplican desde ya las partidas presupuestarias del Govern Balear para la conservación del entorno marino de las islas. Ya no es una cuestión de ecología sino de poner sobre la balanza el valor económico real que supone a día de hoy la posidonia. Es esa "vulgar hierba" marina la que otorga la extraordinaria calidad a nuestras aguas que hace que cada año nos visiten millones de turistas. Se puede afirmar sin ningún tipo de dudas que el mantenimiento de la principal fuente de ingresos de las dos islas depende del buen estado de conservación de estas praderas excepcionales. Sea como sea, no podemos permitir que estas imágenes se vuelvan a repetir. 


Nos jugamos nuestro futuro en esto, y el de las próximas generaciones, a todos los niveles. Estoy seguro que la vergüenza que sentirán nuestros hijos y nuestros nietos por nuestra estupidez y nuestra cortedad de miras serán enormes si no somos capaces de cuidar y conservar algo tan vital para estas islas que tanto amamos. Recordemos esto cada vez que observemos ese mar de intensos azules y admiremos la transparencia y la limpieza de estas aguas únicas en el Mundo. 




sábado, 9 de noviembre de 2013

El triunfo del producto ibicenco

El producto ibicenco es excepcional. La tierra roja y rica de la isla proporciona un sabor auténtico e intenso a frutas, verduras, especias y hierbas que se transmite además a todo producto que se prepara con ellas. Eso se puede puede ampliar también a los productos de animales criados aquí. Las carnes del cordero y del cerdo autóctonos, los huevos, los quesos y yogures que se elaboran son de una calidad extraordinaria. Si todo eso lo ampliamos a lo que sale del mar que rodea a las islas tenemos como resultado una gastronomía riquísima de sabores mediterráneos como los de toda la vida. 

Los ibicencos conocen el potencial de su tierra y de sus productos, nunca han dejado de apreciarlos. Aunque habían dejado un poco de lado el campo para concentrarse en el el turismo y todo lo que lo rodea, la crisis ha obligado a muchos a replantearse una vuelta a lo tradicional. Ese aprecio renovado en los últimos tiempos por el producto de proximidad les ha dado el último empujón para volcarse en el cultivo de materias primas de altísima calidad que se habían ido perdiendo con los años. Este nuevo impulso no sería posible sin el aprecio incuestionable del consumidor local. Los puntos de venta tradicionales, donde siempre se han abastecido de producto fresco autóctonos y forasteros parecen continuar en buena forma.



Personalmente, nos encanta desplazarnos a las pequeñas tiendas de productos frescos locales diseminadas por toda la isla. Ahí nos proveemos semanalmente de frutas y verduras acabadas de recoger del árbol o del propio campo. Por supuesto, los profesionales de la restauración de las islas son los primeros que aprecian, promocionan y estimulan el consumo de este producto local. Tanto nacionales como extranjeros saben de la riqueza y variedad de la materia prima que pueden encontrar aquí y no dudan en incorporarlas a sus recetas, menús y preparaciones. Figuras relevantes y bastante mediáticas de la gastronomía del Reino Unido, Alemania y Holanda, entre otros, han dedicado numerosos programas y libros a la riqueza de sabores de Ibiza y Formentera.



Un buen ejemplo de la nueva vitalidad y relevancia que está tomando el producto ibicenco lo encontramos con el éxito de los vinos de todo tipo y especialmente del aceite de oliva virgen. Fincas de toda la vida centradas en otros cultivos se dedican ahora a priorizar la producción de aceites de oliva de extraordinaria calidad. Las cooperativas han resurgido con fuerza y empiezan a presentarse fuera de las islas, compitiendo en precio y calidad con productores de todo el Mediterráneo. Un buen número de nombres y marcas han nacido en los últimos años. Nombres de productores de toda la vida han empezado a tomar seria relevancia. Hablamos de marcas como por ejemplo Can Rich (productores tradicionalmente de vinos), Es Pla de N'Ortiz, Can Miquel Guasch, Joan Benet o el premiado internacionalmente Oliada. Todos ellos se han agrupado bajo el sello Oli d'E para crear sinergias y aunar esfuerzos en la promoción y las ventas de este excelente producto.



Otro ejemplo a destacar de cómo el producto pitiuso está tomando un nuevo impulso es el del sector de los licores y el alcohol. Las omnipresentes hierbas ibicencas han resurgido en los últimos años gracias a la incorporación de las nuevas generaciones a esos negocios tradicionalmente familiares. Vemos continuamente cómo ese licor dulzón y aromático que todo visitante aprecia para acompañar puestas de sol o como digestivo se promociona en Miami, Nueva York, Londres, Zúrich, Berlín, Manchester... Y la cosa no queda ahí. Esos nuevos empresarios ibicencos han empezado a aprovechar esos conocimiento y métodos de toda la vida para experimentar con otros productos que están en auge internacionalmente. Claro ejemplo de ello es el lanzamiento de una excelente ginebra ibicenca de la familia Marí Mayans que en pocos meses se ha empezado a exportar con éxito. 


Si nos han sobrado siempre argumentos para venir a visitar Ibiza y Formentera, el disfrutar de la riqueza y la variedad del producto autóctono tiene que ser uno de los principales que nos muevan a volver siempre que podamos. Un mundo amplio de sabores de temporada que en muchos casos podemos adquirir directamente del que lo cultiva, o disfrutarlos en los múltiples y buenísimos restaurantes de la isla. Son un disfrute más y una delicia que harán que nos enamoremos todavía más de esta tierra privilegiada.