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sábado, 22 de febrero de 2014

Eivissa diu NO!!!

Esta misma tarde hemos participado en la gran manifestación contra las prospecciones petrolíferas que ha recorrido el centro de Vila. Nos ha producido una gran alegría saber que se han conseguido recoger 58.000 firmas en contra de esta locura promovida por el Ministerio de Industria y varias empresas petroleras. 1 de cada 2 habitantes de Ibiza y Formentera ha firmado las alegaciones que la gente de Alianza Mar Blava ha preparado y promovido a conciencia.

Sinceramente, tenemos que felicitar a los organizadores, a las varias asociaciones que han promovido este acto y el movimiento en contra de las prospecciones, a los voluntarios y, en general, a la gente de las Pitiusas que se ha volcado en contra de este nuevo ataque a nuestro mar y a nuestra forma de vida. Este es un movimiento apolítico que ha reunido a gente de todas las generaciones que viven y aman sus islas.


Un gran resumen del espíritu de lo vivido hoy son las palabras del poeta ibicenco Ben Clark en el manifiesto que se ha leído al inicio de la marcha. Los ibicencos tienen claro y reconocen que el modelo de explotación de la isla a nivel urbanístico y turístico, no ha sido el que todos desearíamos. Pero no por ello vamos a dejar que nos destrocen el entorno privilegiado del que todavía disfrutamos en este rincón del Mediterráneo. Las prospecciones y la agresión que suponen contra nuestro mar y los seres que lo pueblan van en contra de la forma de vida de estas islas y contra su economía. Ambas dependen del mar y de su entorno natural único para subsistir.


Lo que también nos ha sorprendido agradablemente es que no se ha querido que la reivindicación fuera algo tan solo a nivel local. Uno de los lemas de la manifestación de hoy ha sido en favor de las energías renovables, a favor de una apuesta firme de nuestro gobierno por un nuevo modelo energético que deje definitivamente de lado nuestra dependencia de los combustibles fósiles. No queremos que dejen en paz nuestro entorno para que se vayan a joder el de otra gente. No. Se ha proclamado la necesidad de planificar el futuro con otra perspectiva, tal y como se lleva años apostando en países "serios". 

Si no cambiamos nuestro modelo nos va a pillar irremediablemente el toro cuando esas fuentes de energía se vayan acabando. Pero bueno, a esos papelones en este país estamos muy acostumbrados. Nos intentan vender que estamos en la "Champion Li" y continuamos apostando por la "pandereta" de toda la vida. Ahora toca joder el Mediteráneo para ver si aquí en cuestión de 4 días podemos atar a nuestros perros con longanizas como si fueramos el nuevo Dubai o Qatar (probabilidad, por cierto, del todo inexistente ya que las posibles bolsas de petroleo que se pueden encontrar en nuestras aguas son, con toda seguridad, ridículas en tamaño y en rendimiento).


Tras lo que hemos vivido estas últimas semanas, y lo de esta tarde, tenemos esperanzas fundadas de que las prospecciones se anularán, tanto en el Mediterráneo como en Canarias. Confiamos en que se impondrá la cordura y la sensatez sobre la ambición, la estupidez y la cortedad de miras de la gente que nos gobierna. Confiamos en que el Ministerio de Medio Ambiente y la Unión Europea le pararán los pies al ministro Soria ( y a su amigo Brufau en Repsol) ya que las irregularidades y el trato de favor que está dando a estas empresas para realizar los sondeos han llamado la atención de los instituciones europeas. No podemos permitir que esta gente se cargue nuestro mar, ni nuestro patrimonio natural y económico por dar luz verde a unos proyectos que no lucrarán a nadie más que a las petroleras. Lo debemos parar por todos los medios legales y posibles.


viernes, 7 de febrero de 2014

El Empleado del Futuro (y del presente)

La crisis y la precariedad laboral que ha comportado, junto a la rápida evolución de las nuevas tecnologías están promoviendo cambios dramáticos en nuestros comportamientos y en la forma que trabajamos. De hecho, hay una serie de tendencias que están dando forma al futuro del trabajo. Para mantener el ritmo de este cambio radical, hay cinco cualidades que el empleado moderno necesita poseer.

Aceptar el cambio 
Los empleados han ido creciendo acostumbrados a hacer las cosas de cierta manera. Han utilizado las mismas tecnologías y los mismos procesos durante muchos años, pero eso no significa que esas tecnologías y formas de hacer las cosas sea lo mejor para nuestras empresas o para nosotros mismos. Hemos de considerar que en pocos años los "milennials" (nacidos alrededor del año 2.000) van a convertirse en la mayoría que domine la fuerza de trabajo en todo el Planeta. Son la generación que crece utilizando herramientas sociales y de colaboración para comunicarse, encontrar gente e información. Esta nueva fuerza de trabajo significa nuevos comportamientos y nuevas tecnologías, los empleados deben estar dando un paso adelante juntos y abrazar el cambio que va a hacer su trabajo y su vida más fácil. Como dijo Winston Churchill, "Mejorar es cambiar; ser perfecto es cambiar a menudo."


Tener una voz en tu empresa 
Por primera vez en la historia de los negocios "líder" y "administrador" no son mutuamente excluyentes. Los líderes ya no tiene por qué ser gerentes, tienen que ser personas apasionadas, informadas y cómodas con el uso compartido (que es otra cualidad clave que se menciona a continuación). Las nuevas tecnologías de colaboración están capacitando a cada uno de los empleados dentro de una organización para compartir sus pasiones, intereses, ideas y "feedback". Si te preocupa algo, tienes la oportunidad de convertirte en un líder y una voz conocida en ese tema dentro de tu organización. Sin embargo, esto no puede suceder si no hablas "en voz alta". Uno no puede convertirse en un líder si tiene miedo de compartir su voz y sus opiniones. Esto significa utilizar las nuevas tecnologías de colaboración disponibles para ser reconocido dentro de tu empresa. ¿Por qué ser un empleado cuando se puede llegar a ser un líder?

Ser autónomo
Ahora que los empleados tienen la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar y en cualquier momento, ser "auto-dirigido" es crucial. Ya no hay un jefe vigilando todos tus movimientos y recordándote que debes "volver al trabajo". Esto es un privilegio pero también una responsabilidad. Si tienes oportunidad de trabajar con semejante autonomía, debes saber que un gran nivel de confianza se está invirtiendo en ti para llevar a cabo tus tareas. Como empleado moderno debes ser capaz de ejecutar tus responsabilidades, tanto si estás en una oficina, en la cafetería, o en casa.

Compartir y ayudar a los demás 
Esta es una de las principales cualidades para el manager moderno, pero también es una cualidad clave para el empleado moderno. Tradicionalmente los empleados querían mantener sus ideas protegidas para conseguir todo el crédito de sus contribuciones. Este modelo ya no es eficaz. Con la aparición de herramientas de colaboración, las ideas y el "feedback" pueden ser fácilmente atribuibles a cada individuo dentro de una organización. Compartir no sólo beneficia al equipo, también te beneficia como empleado. Compañeros y gerentes reconocen la actitud y la capacidad de echar una mano. El "compartir" puede tomar muchas formas. Se pueden compartir ideas, comentarios, tareas en proceso, documentos o cualquier otra cosa que elijamos. Al compartir, nuestro equipo y los departamentos vecinos reconocerán nuestro nombre. Para ser un empleado moderno debes sentirte cómodo al compartir y ayudar a otros.

Filtro y enfoque
El entorno de trabajo actual nos exige y estira desde muchas direcciones. Estamos en reuniones mientras verificamos correo electrónico o Twitter, la edición de un documento, y  al mismo tiempo enviando mensajes instantáneos a un colega. Con la proliferación de contenidos y herramientas, con las que los compañeros de trabajo y amigos pueden distraer nuestra atención, es muy fácil perder el enfoque. Los empleados rodeados de tecnología emergente debemos recordar cómo centrarnos en lo que hay que hacer. Esto significa ser capaz de meter "en la nevera" a la gente y sus mensajes. La información bombardea a los empleados desde todas las direcciones, lo que significa que necesitan convertirse en expertos en el "filtrado" y centrarse en lo que es crucial.


Las cosas no son sencillas a día de hoy. Sufrimos presiones y desánimo desde muchos de los ámbitos que predominan en nuestro entorno. Si nos aislamos de todo ese "cabreo" general que nos rodea y hacemos el esfuerzo de ver con otros ojos el mundo que sale de esta crisis, observaremos que estamos ante una nueva etapa apasionante. Sigue dependiendo de nosotros mejorar las cosas, aprender de nuestros errores y permanecer alerta para que nada ni nadie nos lleve a vivir una experiencia tan negativa como la que hemos soportado con esta depresión económica. Abracemos el cambio, compartamos nuestras aportaciones para mejorar las cosas y tirar los proyectos hacia adelante, disfrutemos de las nuevas herramientas que se han puesto a nuestra disposición para esta tarea y no perdamos nunca la ilusión por evolucionar, por ser mejores y crecer a nivel profesional y personal.




Fuente: Jacob Morgan "The Collaborative Organization: A Strategic Guide to Solving Your Internal Business Challenges Using Social and Collaborative Tools (McGraw Hill)".

sábado, 1 de febrero de 2014

El Corazón de Ibiza

Hoy quiero hablaros del lugar que me cambió la vida hace más de una década, la tierra que me hizo sentir que había encontrado mi espacio en el Mundo el primer día que la pisé. Todos mis proyectos y mis sueños han estado encaminados desde entonces hacia el propósito de convertirla en mi hogar. Ahora vivo en ese lugar, en el corazón de Ibiza, en Santa Eulària des Riu.

No había conocido antes un mar tan limpio, tan tranquilo, tan capaz de inspirar a todo el que posa los ojos sobre sus colores al atardecer. Una piscina infinita que no cansa nunca, que necesitas sentir todos los días para tener la certeza de que no la soñaste. Esas aguas y esas calas me han regalado momentos inolvidables, historias que irán conmigo siempre, vivencias que marcaron el rumbo de mis pensamientos y a las que vuelvo regularmente para seguir enamorado de mi isla. He encontrado aquí ese espacio "entre la playa y el cielo" que todos los que nos sentimos mediterráneos llevamos muy adentro, en el que nos criamos de niños entre juegos y risas, que forma parte fundamental de nuestra esencia.


Uno de nuestros ejercicios favoritos, el que recomendamos a todos los que nos visitan, es seguir la senda que bordea la costa entre Es Canar y el puerto de Santa Eulària. Cruza playitas encantadoras como Cala Martina, Cala Pada o Es Niu Blau. Sus arenas claras se funden con pequeños acantilados de tierra roja ibicenca, con el mar cristalino y sus tapices de roca y posidonia, con el verde fosforescente de los pinos. Así nuestros pasos se convierten en un viaje en el tiempo donde descubrir rincones y visiones que sólo ese mar y el propio paso de los años conseguirán cambiar.


Si decidimos dirigirnos hacia el norte, siguiendo esos mismos caminos que marcan la fina línea entre el agua salada e Ibiza, la costa nos regala alguna de sus calas míticas. Otras, no tan renombradas, nos han supuesto una muy agradable sorpresa, incapaces como recién llegados de percibir todavía la infinitud de la isla. Los pies y las piernas se agotan mientras te niegas a abandonar esa ruta por el paraíso. Sabes que el siguiente recodo te conducirá a un nuevo descubrimiento que te dejará sin aliento.


Más al norte todavía, donde el corazón de la isla se va convirtiendo poco a poco en su lado más salvaje y desconocido, seguimos encontrando más rincones y calas que nos hacen sentir privilegiados, felices de haber dado el paso definitivo que nos ha llevado a nuestra Ítaca particular.


Cuesta mucho resistirse al ansia que te empuja continuamente a bajar corriendo a la orilla para mojar tus pies, cerrar los ojos, sentir el sol y el mar recargarte el alma de toda la energía y la vitalidad que puedas absorber. Cala Llenya vive despierta todo el año. Cala Boix y sus arenas oscuras exhiben las mil fisonomías de la isla. Es Pou des Lleó emociona con las formas caprichosas de sus rocas. Cala Mastella atrae a aquellos que buscan placeres y tradiciones que se convierten en tesoros. Hay más por descubrir, pero lo guardamos para dosificarnoslo poco a poco, como aquellos pequeños vicios que nos alegran la existencia y de los que nunca nos cansamos.


Cuando volcamos nuestra mirada tierra adentro nos encontramos con paisajes increíbles. El blanco puro de Santa Eulària, Jesús o San Carlos nos apasiona. Es la síntesis de la armonía y la sencillez de la construcción local. Un paseo por las carreteras que unen la costa con los núcleos del interior hará que inevitablemente admires la obra arquitectónica de los ibicencos, autóctonos o llegados en cualquier época, que han aprovechado la sabiduría de generaciones de gentes sencillas, inteligentes y trabajadoras para combinar con gusto exquisito su color, sus formas y la integración con su entorno natural.

Las buganvilias reclaman su papel esencial en el colorido que identifica a la isla, todo el año, aferrándose a muros y esquinas, devorando sus piedras y robando protagonismo a chumberas, viñas e higueras que reinan a finales de verano. La fuerza de su cromatismo se queda fijada en nuestras retinas, atrae todas las miradas. Nunca deja de impresionar cómo la naturaleza es aquí capaz de expresarse con semejante intensidad.


El río de Santa Eulària, reducido hoy en día a una mínima expresión, nos lleva hasta el centro mismo de la isla sin dejar de proclamar que durante toda su historia ha sido el eje alrededor del cual giró la vida de los ibicencos. Mayo se encarga de recordarnos que fue así siempre, y las nuevas generaciones siguen reuniéndose en torno a él cada inicio de primavera para seguir mostrándole su respeto y su agradecimiento. 

Los domingos, nativos y residentes de toda Ibiza se acercan hasta el centro geográfico de la isla, a poca distancia del nacimiento del río, hasta Santa Gertrudis. Repiten su habitual rito de veneración al sol, a las terrazas, a la tertulia, a la sencilla y suculenta gastronomía local. Se concentran frente a esa iglesia fortificada que nos recuerda, al igual que sus hermanas diseminadas de punta a punta de las Pitiusas, que los tiempos pasados no fueron nada fáciles en nuestro paraíso.


Santa Eulària respira imaginación mires hacia donde mires. La isla inspira, atrae artistas y soñadores, artesanos y visionarios, gentes de todo el planeta y de todas las etnias que consiguen crear una auténtica mezcla de cultura universal en esos pocos kilómetros cuadrados. Por eso la expresividad desborda, se derrama por todo espacio de encuentro destinado a proclamar la excepcionalidad de esta tierra. Las Dalias, Punta Arabí, Cala Llenya y el Passeig de s'Alamera reúnen muchísimos ejemplos de esa inspiración ibicenca, mezclados con los últimos retazos de aquel refugio hippy que fue la isla antaño y que han marcado su identidad y su imagen hasta el día de hoy. Ahí todo se exhibe, todo se muestra y todo se comparte.


La fusión de modernidad y tradición ancestral, de últimas tendencias y hedonismo, de misticismo y libertad, de creatividad y diversidad, de Mediterráneo y resto del Mundo, suponen un estímulo a nuestros sentidos comparable al que encontramos en muy pocos lugares.


Gastronomía, música, mar, cielo, diversión, sol, campo, calma, energía, inspiración, Mediterráneo, mística, fusión, intensidad, color, cultura, belleza, modernidad, frescura, tradición, arte, sueños, respeto, alegría de vivir... Cientos de razones y razones únicas por las que cada uno se enamora de esta isla. Razones que hacen a la gente quedarse, volver un año tras otro, no querer marchar. Razones que nos hacen sentir con tanta intensidad en esta tierra privilegiada y que son el regalo personal, especial e inestimable que nos brinda "el corazón de Ibiza".