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domingo, 22 de noviembre de 2015

La Isla del "Buenrollismo"

En los últimos 10 años la población de Ibiza se ha incrementado de manera exponencial. Hoy mismo leíamos en el diario local que para las próximas elecciones están registradas con derecho a voto más de 96.000 personas. Es del todo lógico. Aquí la actividad económica ha decaído más bien poco durante la puñetera crisis. La demanda vacacional en nuestras islas, que ya de por sí gozaba de buena salud, se ha visto avivada por los problemas graves de seguridad acaecidos en países como Túnez o Egipto. En verano es relativamente sencillo encontrar trabajo y el resto del año cada vez más negocios deciden quedarse abiertos. La temporada cada vez se alarga más por lo que buena parte de la población activa que salía de las islas en Octubre o Noviembre, ha decidido quedarse definitivamente a pasar los inviernos aquí.


Es fácil de entender que un lugar como este atraiga mucho personaje y elemento mediocre, especialmente en la temporada alta. Proliferan los buscavidas de medio pelo que se dedican a ofrecer servicios de todo tipo. Por supuesto, no hablo de delincuentes ni de gente peligrosa (en la inmensa mayoría de los casos). Hablo de un tipo de gente cuyas actividades ensucian el trabajo de muchos profesionales que llevan muchos años batallando para que sus proyectos y sus sectores de actividad sean respetados. Cada verano se repiten las denuncias de intrusismo en varios sectores. Algunas tan graves como la del sector del taxi.


No dejamos también de ver cada verano denuncias de la asociación de empresas de catering, de alquileres vacacionales o de agentes inmobiliarios. A día de hoy cualquier pelagatos que corre por la isla en temporada alta y tiene 3 contactos se cree con derecho a comisionar por la venta de una casa, por el alquiler de una villa o por ofrecer servicios de catering de muy dudosa calidad. Mucho visitante de cierto poder adquisitivo cae a menudo en manos de estos elementos que se presentan como "expertos en seguridad" o como "concierge". En mi trabajo tengo que lidiar casi a diario con personajes de este tipo. La sensación que nos queda a los profesionales del sector turístico de alto nivel es de que Ibiza en temporada turística se ha convertido en una selva de la que seguramente saldremos con vida, con un mal sabor de boca por lo que habremos tenido que tragar, y totalmente agotados...


Entre todo este "artisteo" ha surgido algún otro elemento menos nocivo, pero no por ello menos curioso. A mi particularmente me hace mucho gracia el caso de un blog cuyos propietarios son el claro ejemplo de ese tipo de buscavidas que mencionaba un poco más arriba. En su obsesión por venirse a vivir a Ibiza y crear un negocio del que poder comer, han picoteado un poco en todos esos sectores que rodean los servicios turísticos de calidad. Han tirado de manual de curso básico de redes sociales para venderse como grandes expertos, basándose en su experiencia de "cambio de vida" y su mudanza a la isla. Como si el 99% de la población occidental no hubiéramos pasado nunca por un cambio de domicilio. No es broma, tienen alguna entrada en su blog dedicada a explicarnos lo "fascinante" que fue esa experiencia de empaquetar sus cosas y traérselas para aquí.


Todo ahí rebosa ingenuidad y "buenrollismo", que parece que mucha gente les compra. A día de hoy sus esfuerzos se centran precisamente en presentarse como un ejemplo de éxito porque han sido capaces de organizarse una serie de ingresos más o menos regulares de unas clases de fitness en grupo al aire libre. Puede que incluso el blog mismo les empiece a rentar algo. Después de coquetear con el concierge y el alquiler de villas turísticas, el paso siguiente ha sido ofrecer servicios de "coach" para aquellos que quieran comenzar un negocio en Ibiza. En serio... A ver, con la que ha caído en los últimos años de profunda crisis económica, que alguien con este historial se erija como "gurú" de todos aquellos que sueñan con montarse una nueva vida en la isla, es hasta cierto punto comprensible. Pero yo no puedo evitar ver en todo esto otro ejemplo de esa manera poco clara de buscarse la vida, que roza el intrusismo en todo lo que toca y que ofrece pocas garantías de seriedad y profesionalidad