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miércoles, 18 de septiembre de 2013

Ibiza, "la isla del dinero"

Por fin conseguí ver completo hace pocos días el programa de ''Equipo de Investigación'' titulado ''Ibiza, la isla del dinero''. Con todos los peros que se le pueden poner a este tipo de reportajes sensacionalistas, obsesionados con mostrar las cifras astronómicas de facturación que mueven los negocios punteros de la isla (con poco éxito y menos gracia, la verdad), el visionado de este capítulo no deja de ser fascinante.


Durante la hora y pico que dura el tema, el tono del programa no deja de intentar dar un aire decadente a toda la historia. Se queda uno con la sensación de que están probando por todos los medios destapar la ''indecencia'' o ''lo escandaloso'' del volumen de dinero que se mueve a diario en Ibiza en plena temporada turística. No deja de ser un planteamiento muy simplista que fracasa estrepitosamente en su intención ya que al final sirve para mostrar ejemplos claros de como se puede a día de hoy continuar innovando y emprendiendo en el sector del ocio y encontrar nuevas formulas que triunfan desde el primer minuto. En eso Ibiza ha sido y sigue siendo un ejemplo que medio mundo intenta copiar con mayor o menor éxito y que difícilmente se va a poder igualar. La energía propia de la isla y la conjunción de todos los factores únicos que se concentran en ella hacen que sea imposible de clonar en cualquier otro lugar.


El reportaje intenta escandalizarnos con las cifras y los precios de ciertos negocios y servicios exclusivos que parecen estar funcionando viento en popa. Pero la sensación que a uno le queda es el de que te estén intentando vender ''sopas de ajo''. En Ibiza toda la vida se han reunido en verano muchas de las mayores fortunas del planeta y se han gastado ingentes cantidades de dinero. Anteriormente incluso con mayor ostentación y descaro. Una serie de empresarios locales han sabido ver la oportunidad y han hecho evolucionar la oferta de forma que esos visitantes se sientan cada vez más cómodos y puedan divertirse mejor y con mayor discreción. Que eso haya hecho que el acceso a ese ocio se haya limitado a un círculo menos reducido de gente es un efecto secundario que a ese empresario le importa, seguramente, bastante poco.


¿O es que preferiríamos todos que Ibiza, en lugar de evolucionar hacia lo que es hoy, con una oferta vacacional y de ocio variada y sofisticada, se hubiera convertido en un Sant Antoni de 40 kilómetros de largo por 15 de ancho donde toda la ''purria'' borracha y drogata de Europa viniera a pegarle fuego a la isla cada verano? Por supuesto la masificación y el efecto llamada que incrementa cada verano tienen efectos que a los que queremos y respetamos la isla nos duelen y nos preocupan. Pero en mi modesta opinión pocos sitios de Europa muestran a día de hoy una empuje tan positivo y tan esperanzador, dentro del panorama económico de los últimos años, como el que este rincón del Mediterráneo presenta.

Aquí os dejo el reportaje para el que lo quiera mirar con detenimiento. Yo lo encuentro fascinante. No por lo que intenta mostrar sino por el buen montón de ejemplos de éxito, de constancia, de oportunidades aprovechadas, que no estamos acostumbrados a ver de un tiempo a esta parte.

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