Pages

jueves, 14 de marzo de 2013

Reinventarse

En la presente situación económica y laboral no dejamos de escuchar continuamente este concepto: tenemos que "reinventarnos". Reinventarse aparece ahora como una necesidad apremiante para poder sobrevivir a los momentos difíciles que atravesamos, a todos los niveles. Necesitamos transformar nuestra actitud frente a nuestra forma de vivir, frente a la forma en que precisamente nos ganamos la vida, para sobreponernos a las dificultades que nos complican la existencia mientras intentamos salir de la puñetera crisis

Las marcas, las empresas y los individuos debemos trabajar con otro enfoque, uno que incluso nos puede obligar a tener que empezar de cero, o prácticamente de cero. Esta claro que nadie, o casi nadie, toma este camino por voluntad propia. El miedo al cambio y a todo lo que comporta es algo innato en nosotros y no nos ponemos en la tremenda tarea de reinventarnos si no necesitamos realmente salir de un momento o situación críticos.


Esa inseguridad y sensación de salto al vacío que supone comenzar de nuevo no la afrontamos con gusto si lo que dejamos atrás supone cierta comodidad y falta de preocupaciones. Pero no estamos hablando de adaptarnos a una situación diferente, estamos hablando de cambiar completamente. Estamos hablando de hacer algo de lo que no todos nos sentimos capaces o no estamos dispuestos a soportar el gran esfuerzo y compromiso que conlleva. 

Para tener éxito en un proceso como este necesitamos creer firmemente en nosotros mismos y en nuestras posibilidades. El resto es cuestión de optimismo y de trabajo constante. El psicólogo Luis Rojas Marcos lo define muy claramente: "La verdadera reinvención no consiste en cambiar las actitudes sino en cambiar las conductas". Es decir, no tan sólo se trata de creer que lo podemos hacer sino que tenemos que adoptar los hábitos y las rutinas que nos conducirán a ese cambio. Cambiando nuestras rutinas permitiremos que surja la nueva persona que pretendemos ser.

Todo aquel que ha tenido esa "revelación" que le hace pensar que necesita crear una personalidad nueva, o tener nuevos intereses o una nueva profesión, pocas veces llega a ella si no viene provocada por un evento exterior más o menos repentino, un cambio en su situación vital que le obliga a modificar sus gustos, aficiones e incluso sus relaciones. Todo aquel que vuelca en ese "reinventarse" todas sus energías y su esperanza es probable que tenga éxito.


Vivimos momentos de cambios importantes a nivel social, económico, cultural, laboral... Nos ha tocado a una inmensa mayoría reducir nuestro nivel de vida mientras nos vamos convirtiendo en individuos "hiperconectados". Las formas de comunicarnos y relacionarnos se han expandido de una manera impensable hace tan sólo 5 o 6 años ("si no comunicas, no existes"). Muchos de nosotros nos hemos sentido desubicados profesionalmente en los últimos tiempos por capacidad, potencial e intereses. Parece como que la rapidez con la que cambia nuestro entorno se ha ido incrementando cada vez de forma más acelerada y sentimos que si no nos actualizamos y nos sumamos al tren de ese cambio, podemos acabar totalmente fuera de juego. Leía hace poco una frase sobre este sentido que me parece resume bien lo que quiero expresar: "si eres capaz de explicarle fácilmente a tu madre a qué te dedicas, es probable que tu actividad esté en vías de extinción".


Parece que estamos llegando a un punto en que el "empleo" ya no se busca sino que tú mismo lo creas. Debemos disfrutar de cierta autonomía en lo que hacemos si queremos alcanzar nuestras metas, volcando todo nuestro interés en desarrollar y mejorar nuestras capacidades. Los sueños deben perseguirse invirtiendo el máximo compromiso ya que hay mucho más esfuerzo que "genio" en los procesos de reinvención exitosos. Y, definitivamente, el miedo a perder no puede ser un obstáculo que nos paralice ya que la clave para alcanzar nuestro objetivo final pasa en el 99% de los casos por la experiencia y el aprendizaje que nos otorgan haber fracasado en alguna ocasión. Si asimilamos estas pocas premisas, si nos convencemos de su valor y las hacemos nuestras, ¿quién puede tener miedo a ese cambio radical que significa reinventarse?


No hay comentarios:

Publicar un comentario