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domingo, 5 de mayo de 2013

El Liderazgo de Brasil

Con los ojos de medio planeta observando la evolución económica y social extraordinarias del gigante sudamericano, se extienden las voces que intentan desmitificar su papel de líder en la región. Entre las más destacadas aparece un reciente estudio de la Fundación Henrique Cardoso (presidente brasileño entre 1995 y 2003). Se cuestiona seriamente en este estudio el modelo actual brasileño, que ha funcionado en los últimos 10 o 12 años, pero que está dando señales serias de haber llegado al límite y ya no resulta eficaz. El espacio donde los brasileños han hecho valer su liderazgo no es el de América Latina, sino que éste se reduce sólo al ámbito de América del Sur, donde la extensión de Brasil ocupa casi la mitad de ese territorio y tiene frontera con 10 de los 12 países que la integran.



Se argumenta en el estudio de la Fundación Cardoso que la actual crisis del liderazgo brasileño se explica por siete razones: 

1) un modelo de desarrollo centrado en el mercado interno y muy proteccionista;

2) el limitado volumen comercial del Mercosur, Mercado Común del Sur integrado por Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Venezuela y Bolivia (Chile, Colombia, Perú y Ecuador son estados asociados);


3) la ineficacia mostrada por la Unasur (Unión de Naciones Suramericanas,  organismo de ámbito internacional que tiene como objetivos construir una identidad y ciudadanía suramericanas, al igual que desarrollar un espacio regional integrado);

4) la decisión de Chile, Perú y Colombia de incorporarse al mecanismo del TPP (Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) integrado por Australia, Brunei, Canadá, Colombia,  Chile, Estados Unidos, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam);


5) la “fragmentación ideológica" de los países de la región; 

6) la competencia china a las manufacturas de Brasil dirigidas al mercado regional;

 7) la ambivalente política exterior de los últimos años.



El modelo de desarrollo económico que sostiene Brasil hace cada vez más evidente la imposibilidad de actuar como un verdadero coordinador de un proyecto de integración económica regional y es muy claro al indicar los límites que tiene para el país el espacio económico del Mercosur, donde ya no puede seguir creciendo. La Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana y el proyecto de integración eléctrica, que se veían como instancias estratégicas claves para “empujar” la integración regional, no funcionan y, en todo caso, habría que relanzarlos.


Mientras a nivel interno Brasil lucha contra un alza de precios que amenaza seriamente su crecimiento, subiendo los tipos de interés desde su mínimo histórico, parece claro que por su dimensión geográfica, su población y el peso de su economía, este país seguirá jugando un papel fundamental en la región de América del Sur. Pero se plantea también que el actual modelo de liderazgo llegó a su límite y que para activar ese papel se hace necesario replantear el modelo de desarrollo y los mecanismos de la relación con el resto de países de América del Sur.



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