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martes, 29 de octubre de 2013

Un lujo incómodo

Las circunstancias de los últimos años nos han forzado a evolucionar mentalmente de una manera que no imaginábamos hace una década. La inquietud de controlar y entender cómo iba a afectarnos ese cambio, de cómo prepararse para que todo lo que estamos viviendo a nivel colectivo e individual no acabe afectando seriamente nuestro equilibrio, me ha mantenido muy receptivo a todo aquello que podía ser de ayuda para mantenerme lo suficientemente centrado. 


Investigando, buscando y guardando todo aquello que ha conseguido llamar mi atención sobre este asunto, he conseguido recopilar una serie de reflexiones que a mi me han ayudado de manera positiva. En este post quiero compartir algunas de ellas con vosotros:

- Permítete el lujo incómodo de cambiar de opinión. Cultiva la capacidad de incluso cambiar tus convicciones. Vivimos en una cultura en la que una de las mayores desgracias sociales es no tener una opinión. A menudo formamos nuestras "opiniones" sobre la base de impresiones superficiales o las ideas prestadas de otros, sin tener que invertir el tiempo ni el pensamiento que el cultivo de la verdadera convicción requiere. A continuación, vamos por ahí afirmando estas opiniones lucidas y aferrándonos a ellas como un ancla de nuestra propia realidad. Es sumamente desorientador decir simplemente: "No sé". Pero es infinitamente más gratificante entender que tener razón (aunque eso signifique cambiar de opinión acerca de un tema, una ideología o, por encima de todo, sobre nosotros mismos).

- No hagas nada solamente por prestigio, estatus, dinero o aprobación. Como observó Paul Graham, "el prestigio es como un poderoso imán que deforma incluso nuestras creencias acerca de lo que nos gusta. Te fuerza a no trabajar en lo que te gusta, sino en lo que te gustaría que te gustase." Ese tipo de motivaciones están bien y puedes sentir que dan sentido a tu vida en el momento, pero finalmente acaban no siendo lo que te impulsa a levantarte por la mañana ni te hacen sentir satisfecho cuando te vas a dormir por la noche. De hecho, a menudo te pueden distraer y van en detrimento de las cosas que sí te ofrecen las recompensas personales más profundas.


- Se generoso. Con tu tiempo, tus recursos y tu "crédito" y, sobre todo, con tus palabras. Es mucho más fácil ser crítico que halagador. Recuerda siempre que hay un ser humano en el otro extremo de cada intercambio y detrás de cada "factor" cultural que se critique. Entender y hacerse entender, esos son los regalos más grandes de la vida, y cada interacción es una oportunidad de intercambiarlos.

- Construye espacios de tranquilidad en tu vida. Medita. Sal a caminar. Anda en bicicleta o pasea hacia ninguna parte en particular. Hay definitivamente un propósito creativo en soñar despierto, incluso en el aburrimiento. Las mejores ideas vienen a nosotros cuando dejamos de tratar activamente de convencer a la "musa" para que se manifieste y dejamos que los fragmentos de nuestra experiencia floten en torno a nuestra mente inconsciente con el fin de encajar en nuevas combinaciones. Sin esta etapa esencial de procesamiento inconsciente, se rompe todo el flujo del proceso creativo. 

Y lo más importante, dormir. Además de ser el mayor "afrodisíaco creativo", el sueño también afecta a cada uno de nuestros momentos de vigilia, dicta el ritmo social e incluso interviene en nuestros estados de ánimo negativos. Debemos ser tan disciplinados con nuestro sueño como lo somos con el trabajo. Tendemos a usar nuestra capacidad de sobrevivir con pocas horas de sueño como una especie de insignia de honor que valida nuestra ética de trabajo. Pero eso es realmente una profunda falta de respeto a nosotros mismos y a nuestras prioridades. ¿Qué podría ser más importante que la salud y la cordura, en las que se basan todos los demás aspectos de nuestras vidas?

- Cuando la gente te dice lo que son, créela. Igual de importante, sin embargo, cuando la gente trata de decirte quién eres, no les creas. Tú eres el único custodio de tu propia integridad, y los supuestos hechos por los que no entienden lo que eres ni lo que representas revelan mucho acerca de ellos y absolutamente nada de ti.

La "presencia" es un arte mucho más complicado y gratificante que la "productividad". La nuestra es una cultura que mide nuestro valor como seres humanos por nuestra eficiencia, nuestros ingresos, nuestra capacidad para llevar a cabo tal o cual cosa. El culto a la productividad tiene su espacio más o menos valioso, pero la adoración y la prioridad que le otorgamos nos roba todos los días parte de nuestra capacidad para alegrarnos y maravillarnos por las cosas que hacen que la vida valga la pena. Cómo pasamos nuestros días es, por supuesto, cómo pasamos nuestras vidas...


- Vive convencido de que todo lo que vale la pena necesita de tiempo para conseguirse. Algo tan fundamental es difícil de captar desde el estado constante de impaciencia que nos causa la imperante cultura de la inmediatez en la que vivimos. El mito del éxito de la noche a la mañana es sólo eso, un mito, así como un recordatorio de que nuestra definición actual de éxito necesita seriamente resintonizarse. La flor no pasa de ser un simple brote a florecer en un mínimo instante y, sin embargo, como cultura,  nos causa total desinterés y nos aburre el tedioso proceso de la floración. Pero en ese proceso es donde toda la verdadera magia se despliega, en la fabricación de nuestro carácter y nuestro destino.


Parece que, en general, estemos todos esperando a que la crisis actual se desvanezca para que podamos volver a vivir como antes. Pero eso no va a ser posible ya que las lecciones y las sensaciones que esta situación nos va a dejar marcadas difícilmente van a  permitir que volvamos a ser las mismas personas que éramos hace unos pocos años.

La incomodidad de replantearnos creencias pensamientos del todo arraigados en nuestras cabezas durante casi toda nuestra vida, es el primer paso que nos conduce con firmeza y bien centrados hacia la nueva persona en la que nos han convertido estos últimos tiempos. Comparto estas reflexiones con vosotros aquí, no porque se puedan aplicar a todas las vidas y nos ofrezcan algún tipo de plan maestro para la existencia, sino con la esperanza de que puedan beneficiaros en vuestro propio viaje. De alguna manera a mi me han llevado un poco más cerca de mi propio "centro", y me han invitado definitivamente a reflexionar sobre el propio sentido de mis metas y mis propósitos.



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